lunes, 11 de febrero de 2019

Pérdidas

Ayer falleció el esposo de una hermana de vida; hoy en la madrugada, una tía, hermana de mi papá. Definitivamente que no importa lo que uno haya estudiado sobre la muerte, ni que uno esté claro en que es lo más seguro que cualquier ser vivo tiene, duele, duele que jode. Personalmente, creo en la reencarnación, creo en que existe una vida después de ésta y hoy me siento derrotada, con el corazón arrugadito porque nada de lo que sé me previene de sentir la tristeza inmensa que siento...creo que la partida de alguien no se supera; uno continua su diario caminar reaprendiendo lo que pensaba que sabía y sentía. Cuando murió mi mamá, la pérdida más dura que me ha tocado afrontar, me hice la promesa de reprender a recibir la muerte como el paso lógico, si se quiere, de una vida bien vivida. Así la entiendo y la recibo, pero duele que jode. Y acabo de entender que no hay nada que pueda hacer, decir o reaprender para que no me duela.

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