domingo, 25 de octubre de 2015

Muchas bendiciones...

Días sin pasar por aquí... he tenido mucho en la cabeza... tanto que no he sabido como ponerlo en palabras. Siento que todos los seres humanos transitamos por un proceso de cambio permanente; siento que el mío se aceleró a partir de la partida de mi mamá. Se va a oír extraño, pero se ha acelerado para bien. No miento cuando digo que hay días en que me siento agobiada y que como que no se para donde voy, pero entendí que puedo y debo (en estos momentos) darme el permiso para sentir lo que siento (es algo que me libera). 

Muchas formas de ver la vida, a la familia, a mi misma han cambiando. Hoy le comentaba a mi hermano que muchos miedos y temores que yo consideraba superados, se movieron con todo esto. Si hay algo que me ayuda mucho es poder hablar de lo que siento y contar con un par de oídos que realmente me escuchen, no tiene precio. Diariamente le pido al Padre que me muestre el bien de esta situación porque, contrario a como me puedo sentir en este momento, SE que lo tiene.

Desde que recuerdo, en casa se nos acostumbró a pedir la bendición a nuestros mayores...desde que tengo uso de razón, lo hago. Se que es una tradición muy de nuestro país, pero cuando uno entiende todo lo mágico, bello, inmenso que lleva consigo una bendición, se vuelve IMPORTANTE... para mi lo es. Las bendiciones de mi mamá eran y siguen siendo ricas, sentidas, igual que las de mi papi... mi papi vive fuera de Venezuela y cuando cotorreamos me cubre de bendiciones que me llenan el alma.

Cuando descubrí lo poderoso de una bendición, elegí no guardármelas: me encanta darlas y me encanta, mas aún, recibirlas. Bendecida noche para mi y para todos y Dios te bendiga. Agradecida porque están.


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