Aquí, pensando un poco en el concepto de prosperidad tan torsido que tenemos. Culturalmente, la prosperidad se mide por los bienes materiales que tenemos y adquirimos. Pienso que la prosperidad comienza con el bien más preciado que tenemos: uno mismo. Si no nos valoramos, no crecemos como ser humano, no nos apreciamos, si no mantenemos nuestros pensamientos positivos, cuidamos nuestra salud, no habrá bien material que valga; siempre tendremos un ranchito en la cabeza que saldrá a relucir. Así de simple.
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