jueves, 21 de septiembre de 2017

Vivir y dejar vivir

Ésta frase se mencionaba con algo de frecuencia en casa. Creo que los seres humanos somos algo entrépitos: para todo tenemos un comentario, una opción, un "yo creo", nos hayan solicitado la intervención o no. No creo que alguien esté exento, hasta yo que, hoy día me cuido mucho de involucrarme en donde no me llaman, he caído en este mal hábito. La vida es de cada quien y como dice el dicho: cada quien hace de su rabo un florero y allí pone las flores que le provoque."

La gran mayoría de los humanos siente la necesidad de involucrarse en todo, sea de su incumbencia o no. Pareciera que esa vaina estuviera grabada en el ADN de cada uno de nosotros. ¿Se puede cambiar? Si. En el momento que uno se hace consciente de que la vida, decisiones de este y de aquel no son de la incumbencia de nadie, uno se mantiene al margen y se pregunta: ¿cuál será mi aprendizaje de esto?

¿Es fácil? No porque es un patrón social de muchas lunas de data, pero si se puede. Y libera, LIBERA.

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