domingo, 7 de febrero de 2016

Las expectativas son dañinas

Estoy reaprendiendo a no esperar nada de nadie. Verán, solía ser una persona que esperaba que los demás fueran como ella: cariñosa, presente, siempre pendiente, de sorpresas, amable, de gestos. Nadie me pidió que fuera así; desde que recuerdo, lo soy...parte de mi, creo.

Después de haberme llevado más de un tropiezo doloroso, comprendí que los demás no son mi persona; comprendí lo dañino que es tener expectativas y lo aún más dañino que es querer justificar a un tercero porque no estuvo, porque no llamó. Es como dice el dicho: "el que quiere besar busca la boca ",  así de simple. No es fácil, pero hago mi mejor esfuerzo porque significa bienestar y salud mental para mi.

Siempre he creído en lo maravilloso de dar, de ofrecer una mano amiga y seguiré creyendo en eso, solo que comprendí que tengo que establecerme límites para no dar hasta desgastarme. Y ojo, esto no tiene que ver con afecto, cariño, amor. Todo eso sigue estando allí, solo que ahora pienso en mi primero y, ojo, tampoco tiene que ver con los demás, tiene que ver conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario