Llegué a la conclusión de que no préstamos atención a lo que decimos, cuando todo lo que pensamos y lo que sale de nuestra boca es un decreto que se encontrará con nosotros más adelante. Las palabras TIENEN poder.
Ayer, en el trabajo, lo que escuché fue pura queja, de todo tipo. He aprendido que la queja no agrega valor, solo contribuye a que nos sintamos impotentes hacia lo que nos aqueja. Se que las situaciones pueden abrumarnos, sobre todo cuando están fuera de nuestro control, más pienso que hay que continuar hacia adelante y preguntarse: que puedo hacer para superarlo.
Creo que hay que aprender de lo que nos sucede. Que en ocasiones no es fácil, lo se; que toma tiempo, también lo se...pero se intenta, con voluntad, comprendiéndose uno mismo. Pensando que se puede; viendo como puede funcionar para uno. Buscándole la parte buena. Soy y seré una eterna optimista. Puede que me caiga y me tome tiempo levantarme, pero lo hago. ¿Fácil? No, pero se puede. Estoy segura que todos tenemos ejemplos de superación en nuestra vida.
A cuidar un poco lo que pensamos y decimos; intentemos ser más positivos todos los días.
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