Cuando me encuentro ante alguna situación me pregunto: ¿Qué tiene esta situación para enseñarme? Y ¿Para que me está sucediendo esto? Normalmente, no recibo la respuesta al momento, allí mismo, pero se me abre un abanico para hurgar dentro de mi y encontrar aquello que necesito mejorar en mi y de la cual la situación per se es un reflejo.
Mi externo país y personas amadas que me rodean viven convulsionados; todos los días es algo y nos afecta (me incluyo) en forma muy negativa. En ocasiones siento que el día se va en quejas, en afirmaciones y decretos en negativo...en creer que no se puede...anoche eso era lo que sentía...y me agobiaron cualquier cantidad de emociones negativas, que es lo menos que necesito o necesita cualquier ser humano para su salud. Mucho de lo que sucede en el externo está fuera de mi control y del control de muchos; habrá quienes digan que soy una tarada porque no me quejo de lo que sucede. Quejarse no resuelve y no agrega ningún valor...creo que habría que identificar que puede hacerse dentro de tanto caos para mantener las ganas de echar hacia adelante y mantenerse centrado y saludable.
¿Qué me digan comeflor? Eso me tiene sin cuidado. Creo que mucho de lo que estamos experimentando está enseñándonos a valorar y a apreciar todo aquello que considerábamos garantizado y seguro; claro, esto es sólo mi opinión. Soy de las personas que CREEN en el poder de la fe y de la oración, aunque muchos se ríen en mi cara cuando lo menciono y no me importa; no trato de convencer a nadie. Cada quien camina por la vida como cree que debe caminar. A todos nos están pasando tantas cosas...así como hay una situación país para todos, hay una situación personal para todos y cada quién las maneja lo mejor que puede y, ojo, no significa que esté mal como se manejen...cada quien utiliza las herramientas que tiene. Cuando me entran las angustias, me pregunto ¿hasta cuando?..y pienso: hasta que todos y cada uno comprendamos la enseñanza que la situación tiene para nosotros...bueno, mi creencia es que algo no se ha aprendido, porque si no ya estaríamos en camino de construcción.
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