Los primeros días de este año han sido de nostalgia, tristeza (¿por qué no? ), de mucha reflexión, de no entender algunas cosas, a algunas personas...días en los que he estado acompañada por mis pensamientos, por Dios, con la presencia de mi mami en mi corazón, sintiendo su guía y su amor.
Se que todo tiene que ver con mi actitud al ver, analizar una situación, pero ¿saben? Solo han pasado 3 meses desde que mi mami trascendió a mejores pasturas (pareciera que fuera más tiempo) y me permito retroceder y sentir lo que siento, y llorar, y moquear, y sentir rabia porque nos dejó...me dejó.
Alguien me decía en días pasados que, con todo lo que sabía y seguía aprendiendo sobre el alma, el amor, la evolución, la muerte, el duelo era, probablemente, más llevadero (me ha tocado oír cada cosa)...pues no. Perdida es perdida, shock es shock y muerte es muerte y duele, duele. Yo puedo saber y haber aprendido y seguir aprendiendo mucho, pero es un capítulo de mi vida que me ha sacudido en formas que nunca me hubiera imaginado y que cambió mi forma de ver mi entorno en segundos.
Yo tengo el gran defecto o la gran fortuna de ser empática; es algo que es innato en mi. Es triste ver cómo el egoísmo ha ido envolviendo a la humanidad. Estoy agradecida no sólo a mi familia sino a quienes llamo mi familia de alma por estar conmigo en éstos momentos. Otras personas queridas han mantenido su distancia; otros pretenden que uno los persiga. Yo, personalmente, necesito presencia, apoyo de quienes me aman. Y no hablo de que vivan montados encima de mi; hablo de estar, hablo de un abrazo. Hablo de acompañar; si, de acompañar.
Lo que yo y mis hermanos y mi familia y quienes amaban a mi mami estamos experimentando se llama vida...es lo que tenemos seguro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario