viernes, 1 de enero de 2016

Tiempo, presencia

Siempre he tenido o tuve facilidad para escuchar los planteamientos/situaciones de quienes me rodeaban y dar un consejo/sugerencia para manejar/solucionar el mismo. Dije tuve porque estoy en un punto en que escucho si me nace, si así lo siento y de esa misma forma aporto mi granito de arena.

En los últimos meses, me han contactado amistades para quienes siempre fui apoyo emocional y que estaban  desaparecidas, para contarme alguna situación por la que estaban atravesando. Elegí no preguntar para no involucrarme. Es una actitud egoísta, dirán algunos, pero es una actitud que me da paz interna, tranquilidad y que pienso mantener cuando así lo sienta.

Verán, siempre he sabido justificar y respetar la actitud de quienes me rodean cuando se han distanciado de mi. En muchos casos me he disculpado, incluso sin saber por qué, con la esperanza de mantener el vínculo afectivo. Con la partida de mi mamá, algunas personas que aprecio mucho, desaparecieron en un momento duro y difícil. Siempre he podido ponerme en el puesto de los demás y comprender su situación, solo que, bajo las circunstancias que experimento hoy dia, me parece irracional que se acerquen a mi para buscar solución a su problemática, pasando por alto el duelo que experimento. 

Antes daba de mi cual cornucopia cualquiera y cuando yo necesitaba, pues siempre tenía el apoyo de mi mami y otras personas maravillosas. Comprendí que es positivo ponerme límites conscientes para mantener mi paz mental e interna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario